Decada 60-Inaguración de la sede social

Con fecha 9 de Enero de 1966, encontramos la primera acta de juntas disponible en los archivos. Sin otros datos precedentes, el giro de la situación sorprende al anunciarse la creación de un comisión temporal pro-Local Social. La componen Josu Altuna, Ignacio San Salvador, Francisco Pereda, Pedro Urizar, Justo Eriz (presidente) y Esteban Urquijo (secretario).

Al investigar las circunstancias de esta decisión, encontramos que el edificio donde estaba ubicado el bar Totorica iba a ser derribado en breve por razones urbanísticas. Esto, sin duda, debió servir de acicate para las aspiraciones de la sociedad de contar con su propia sede.

Económicamente, aquello resultaba para muchos una aventura peligrosa, pero otros tenían desde hacía tiempo el convencimiento de que si los socios no se agrupaban y contaban con un punto de reunión donde hablar y organizarse, el Ganguren tenía pocas posibilidades de avanzar.

Puesto en marcha el proyecto, se localizó una lonja en la calle Plazakoetxe, nQ 22 (posteriormente Loiola'ko Kalea, nº 21), cuyo precio total de compra ascendía a 249.000 pesetas.

El 3 de Abril de 1966 se presentan a la asamblea las opciones de financiación que existen y se decide remitir una solicitud de crédito a la Caja de Ahorros Vizcaína.

Tras los pasos dados en esta dirección, el21 de Junio los encargados del tema informan que existen dificultades legales para realizar la compra del local, por no contar el club con personalidad jurídica para este tipo de transacciones. La solución fue redactar un

Acta de Constitución de la sociedad que.

permitirá posteriormente a la comisión pro local y a la junta directiva actuar en representación de todos los socios.

En junta del 4 de Septiembre se da cuenta de la proposición recibida de la Asociación de Cabezas de Familia de Galdakao, para tomar parte en la adquisición de un local, destinado a domicilio de todas las sociedades del pueblo. Debatida esta posibilidad, la postura es firme, desestimar su ofrecimiento y continuar las gestiones para conseguir el local propio.

Por fin, el 12 de Enero de 1967 se firman las escrituras, aunque las obras no comenzarán hasta Febrero en espera del permiso de obra. En esta época, derribado ya el bar Totorica, las reuniones se hacen en Zuazo, en los comedores de la "dinamita".

Para hacer frente al pago del préstamo y otros gastos se recurre a un sistema de bonos, préstamos sin interés de los socios del club, además de una cuota de inscripción para los nuevos socios de 250 pesetas. Este esfuerzo por sacar adelante el proyecto está también presente en los socios, algunos de los cuales trabajaron sin remuneración de ningún tipo junto a los albañiles contratados.

Aún así, en la Asamblea General ordinaria del 9 de Abril, celebrada en el nuevo local, se deja constancia de que solamente se ha realizado el cerramiento exterior, y ante el volumen de gastos, la directiva decide pedir colaboración a los que no lo habían hecho anteriormente.

En esta misma reunión se renueva y se amplía la junta directiva, pasando de 10 a 15 el número de miembros.

Poco tiempo después la situación económica sigue siendo el obstáculo para la finalización de las obras. Para agilizar el proceso, se toma la decisión de seguir con los fondos disponibles mientras se pide a la Caja de Ahorros Vizcaína una nueva cantidad de dinero.

Aunque en un principio se pensó inaugurar la Sede Social el8 de Diciembre de 1967, hubo de posponerse hasta el 14 de Enero de 1968 por problemas burocráticos con Hacienda. El local fue bendecido por el sacerdote y socio del club Javier Aguirremalloa. Mariano Ibarretxe fue nombrado conserje del club, siendo la primera vez que se creaba esta figura.

El objetivo está cumplido, pero con la intención de aligerar en lo posible las cargas del club se solicita a la Federación no tener que abonar la cuota pro-refugios correspondiente al año en curso DESPEGUE DE LA SOCIEDAD

Durante este año de 1968 se acuerda organizar tres marchas '6ociales reguladas al año, debiendo realizarse todas para clasificarse. Se pretendía de esta forma atraer a la juventud y motivar a los socios.

Con idéntica finalidad, la asamblea decide el 31 de Mayo permitir a los infantiles repetir hasta cuatro veces los montes de Galdakao (Ganguren, Upo, Artanda y Mandoia) para que no tuviesen que desplazarse lejos y facilitar su participación en los concursos de montaña.

A lo largo de 1967 y 1968 se irán realizando, en el refugio de Arraba, varias reformas, entre otras la del mobiliario, renovando las camas y colchones. Se sugiere también la posibilidad de colocar agua corriente, informándose en la junta de 26 de Septiembre de 1968 que la gestión está hecha. Terminadas estas mejoras el precio de pernocta queda fijado en 15 pesetas para los socios y 30 para los no socios.

El despegue de la sociedad comienza a apreciarse en el número de socios. Basta citar que mientras en 1967 se contabilizan 17 inscripciones, a finales de 1968 estas han ascendido hasta 109. No es casualidad que este aumento coincida con el primer año de funcionamiento del local social y su ambigú. Para darle ambiente empiezan a organizarse partidas de mus y aunque surgió la polémica de si era una actividad propia de un club de montaña, lo cierto es que la gente de Galdakao atraída por el "deporte de mesa" empezará a frecuentar la sede social y a apuntarse como socios del club.

Los destinos de las excursiones oficiales del Ganguren también comienzan a respirar nuevos aires. En 1968 se visitan entre otras las zonas de Loyola, Zarauz y Nájera.

A principios de 1969, se vuelven a poner de relieve las circunstancias económicas del club, recordando su presidente la deuda pendiente del local, que asciende a 161.226,64 pesetas. Esto afectará al desarrollo interno, como lo demuestra el hecho de que ante la proposición de crear nuevas secciones para esquí, alta montaña y escalada se tenga que reconocer que: "la situación económica del club lo hace imposible".

En el capítulo de la escalda existen, sin embargo, otros factores de fondo. Los que se dedicaban a ello, aún en minoría, querían contar con material disponible a cargo de la I sociedad. La directiva opinaba que por razones I de seguridad para el deportista, esto era algo muy personal y de cuyo cuidado debía encargarse el montañero.

A consecuencia de ello, mucha gente que iba entrando en el club para practicar la citada especialidad, al ver la situación se mantendrá como socio pero realizará sus actividades individualmente o uniéndose a otras sociedades. .

Sin embargo, dentro de sus posibilidades la intención del Ganguren es ir mejorando tanto la organización como la oferta de actividades.

Siguiendo una línea didáctica y de promoción del montañismo, se organizarán los días 17, 21 de Junio y 1 de Julio charlas y proyecciones de diapositivas.

Debido al incremento de socios, las antiguas listas entorpecen el trabajo administrativo. Se trabajará mucho en este sentido, archivando nombres y domicilios para crear ficheros. También se unirá el club en estos años a los inicios de la informática, con la utilización de fichas perforadas para la clasificación de socios por orden alfabético, aprovechando la colaboración de un socio empleado de Firestone Hispania S.A..

Uno de los rasgos a destacar en la actitud de los socios, principalmente de las nuevas generaciones, a finales de esta década es la necesidad de apoyar a la sociedad montañera con su presencia en las salidas oficiales.

A principios de 1969, se contabilizan como mucho 15 componentes en cada excursión. La inquietud por moverse a montes fuera. del alcance del tren, hace que empiecen a trasladarse en coches particulares, reuniendo cada vez a más montañeros. Pero pronto se pone de manifiesto la desventaja de índole práctica para los conductores, que no pueden descansar en el regreso.

En vista de las demandas de los socios la directiva se decide por fin a contratar un autobús. La primera salida con este transporte será a Usokoatxa (913 m), en la sierra de Elgea, el1 de Febrero de 1970. El grado de acogida a este nuevo servicio del club es magnífico, con unos 40 participantes, lo que animará a seguir organizando casi todas las salidas por este sistema. De todos modos, el 50 por ciento de las salidas seguirán siendo excursiones mañaneras, como las programadas en Marzo de ese año a Peña del Moro (Carranza), Urregaray (Markina) o Eniabe (Barazar).

Entonces, la única forma de llenar los autobuses, era apoyando la organización en una información exhaustiva. Esta consistía en llamar por teléfono o hablar personalmente, insistiendo a los delegados del club en los diferentes barrios una y otra vez para que diesen aviso de la salida a los montañeros.

A través de esta labor continuada, en años posteriores se conseguirá, partiendo de un autobús cada 15 ó 20 días, poner uno o dos a la semana.

Con un espíritu renovado el Ganguren está preparado para afrontar un nuevo período, en el que, aún existiendo puntos conflictivos, se producirá un avance espectacular en todos los aspectos.

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